CABANEROCERAS AZNARI: nueva especie de CEFALÓPODO FÓSIL. El ORDOVÍCICO de CABAÑEROS.

Por Antonio Martín y Javier Mugueta. 19/04/2020.

El pasado mes de Febrero se descubrió en el Parque Nacional de Cabañeros una nueva especie que se suma al abundante registro fósil de la Península: Cabaneroceras aznari. Se trata de un cefalópodo de 450 millones de años de antigüedad, concretamente del Ordovícico Medio. Pero antes de hablar del animal en concreto, vamos a situarlo en su contexto.

El movimiento de las placas tectónicas originó la siguiente distribución de los continentes durante el Ordovícico:

Distribución de los continentes durante el Ordovícico. ¡La Península Ibérica se encontraba en el Polo Sur!

Esto produjo una reorganización de las corrientes marinas y del aporte de nutrientes al mar. El clima era más cálido que el actual, los mares eran más someros y se produjo un aumento en los niveles de oxígeno. Si sumamos estos cambios a los taxones que ya existían en el Cámbrico y a las interacciones ecológicas que nacieron con ellos (presiones por depredación, nuevas comunidades y asociaciones faunísticas como arrecifes e infauna…), que sentaron las bases de los animales y la ecología tal y como la conocemos hoy en día, entendemos el evento de explosión de la biodiversidad conocido como GOBE (Great Ordivician Biodiversity Event), aumentando la diversidad de formas y grupos ya elevada del Cámbrico. Dentro de este evento, destacó junto con los trilobites la radiación de los cefalópodos.

Paleoreconstrucción de una asociación faunística típica del Ordovícico. Los primeros cordados, antepasados de los peces y vertebrados (es decir, de nosotros), nadan en un mundo colonizado por trilobites y otros artrópodos, equinodermos, braquiópodos y moluscos… ¡Como esos gigantes Endoceras, cefalópodos con concha externa y los superdepredadores de la época! Fuente: https://www.pinterest.at/pin/169307267226769813/

Al contrario que los cefalópodos actuales, los cefalópodos primitivos poseían concha externa: los cefalópodos actuales la han interiorizado (la pluma de los calamares y las sepias) o la han perdido completamente (como los pulpos). Esto es un reflejo de la condición primitiva de los moluscos, que conservan bivalvos y gasterópodos. A finales del Cámbrico surgió la subclase de los Nautiloideos, el grupo más exitoso de cefalópodos del Paleozoico, relevados por los ammonites en el Mesozoico y actualmente los representados únicamente por los Nautilus (de concha en espiral). Se caracterizan por la presencia de un fragmocono, una concha externa estructurada en cámaras atravesadas por un canal sifonal. Este sifón permitía la entrada y salida de agua de las cámaras, permitiendo al animal desplazarse en la columna de agua administrando su flotabilidad. Dentro de los Nautiloideos, los más famosos del Ordovícico son los Ortocerátidos, que presentaban un fragmocono recto (de concha ortocónica, como los de la imagen superior). Sin embargo, Cabaneroceras pertenece a otro grupo de Nautiloideos de forma recta similar y ancestro de los ortocerátidos: los Endocerátidos (concretamente, orden Intejocerida, familia Padunoceratidae). Algunas formas de este grupo, como Cameroceras, podían alcanzar longitudes de 6 metros, siendo los superdepredadores de la época. De hecho, Cabaneroceras tampoco se quedaría corto de tamaño, seguramente superando el metro de longitud.

Los endocerátidos se caracterizan por una concha totalmente recta y un canal sifonal mucho más ancho que en otros grupos, largo y cilíndrico, en posición ventral. Los fósiles conocidos de Cabaneroceras consisten en moldes internos del amplio canal sifonal donde además se preservan impresiones y partes de los septos y las cámaras. En los fósiles además se aprecian depósitos muy gruesos de carbonato de calcio en el canal sifonal, los cuales, al igual que en otros Nautiloideos, contribuían a regular la flotabilidad. El otro grupo más famoso, los ortocerátidos, eran muy parecidos pero más derivados (de hecho, se piensa que son los antepasados de los ammonites): la forma de sus conchas era también recta pero existen formas ligeramente curvas (forma cirtocónica) y su canal sifonal se encuentra en una posición más central. También había ortocerátidos en Cabañeros y en el Ordovícico de España, así como otros grupos de cefalópodos (Ascoceridae, Ellesmerocerida, Endocerida, Lituitida y Tarphycerida).

En este enlace encontrarás información exquisita sobre la evolución de los cefalópodos, de donde hemos sacado todos los fósiles anteriores. Pero antes de irte… ¡sigue leyendo!.

https://www.digitalatlasofancientlife.org/learn/mollusca/cephalopoda/nautiloidea/

En este contexto, la importancia de Cabaneroceras radica en que se trata de un nuevo género y una nueva especie del grupo de cefalópodos llamados intejocéridos, de los cuales únicamente se tenía registro en Siberia y Norteamérica. Si volvemos al mapa, vemos que estos territorios están en latitudes ecuatoriales y tropicales, mientras que la Península se encontraba en latitudes circumpolares, más o menos donde la actual Antártida. Esto significa que este grupo se adaptó a más paleoambientes de los que anteriormente se pensaba. Además, su peculiar forma curva cirtocónica supone una mayor diversidad morfológica en los intejocéridos, ya que únicamente se pensaba que había formas rectas ortocónicas en el grupo. Al conservar estructuras internas, los fósiles de Cabaneroceras contribuirán a definir y estudiar mejor los cefalópodos fósiles en general, ya que muchas veces no se conservan.

Uno de los hechos que hace importante el hallazgo de Cabaneroceras (círculo azul) es su distribución en el contexto global de los intejocéridos (círculo rojo).

Por lo tanto este fósil contribuye a la ya elevada biodiversidad del Ordovícico de los Montes de Toledo, la cual expondremos en el futuro. Esta diversidad ha sido estudiada, entre otros autores, por Juan Carlos Gutiérrez Marco, del Museo Geominero. Nosotros también hemos realizado alguna incursión paleontológica en Cabañeros, de hecho algunos fósiles que os iremos mostrando son encontrados por nosotros en alguna de nuestras incursiones. ¡Además, en el futuro adjuntaremos nuestra paleoreconstrucción de la especie!

Como curiosidad, la etimología del taxón es la siguiente: CABANEROCERAS (cefalópodo de cabañeros, ceras significa cuerno pero es una terminación común en los nombres científicos de nautiloideos y ammonoideos debido a que muchos de ellos recuerdan a cuernos de carnero), AZNARI (en honor a Alejandro Aznar, el propietario de la finca donde se encontró). Decir además que los restos, así como una reconstrucción del fósil, serán expuestos dentro de poco en el centro de Visitantes de Casa Palillos y en el de Horcajo de los Montes, así como en otros museos de España. Así pues, Cabaneroceras potencia el ya de por sí valioso patrimonio geológico de Cabañeros (con rutas como las cruzianas de trilobites de Navas de Estena y Boquerón de Estena), que sumado a la fauna y la botánica hacen de este Parque uno de los parajes naturales más emblemáticos de España y un lugar fantástico para hacer turismo de naturaleza.

ARTÍCULO DE REFERENCIA: Kröger, B., & Gutiérrez-Marco, J. (2020). First record of a nonpaleotropical intejocerid cephalopod from Darriwilian (Middle Ordovician) strata of central Spain. Journal of Paleontology, 94(2), 273-278. doi:10.1017/jpa.2019.66

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