Por Antonio Martín, 14/01/2020
Capra pyrenaica
Ejemplar de macho montés de la subespecie Capra pyrenaica hispanica. Esta subespecie es una de las dos que habitan nuestra Península (siendo la otra C. pirenaica victoriae) aunque en el pasado habitaron dos más, actualmente extintas. Es más, las cabras monteses que viven en la actualidad en la Península han sido reintroducidas, ya que sus poblaciones estuvieron en peligro crítico por enfermedades como la sarna. Actualmente ocurre todo lo contrario: hay superpoblación, debido a la ausencia de depredadores en muchas zonas. Se distribuye por las serranías y terrenos rocosos de la vertiente del Mediterráneo. La mayor población se encuentra en Sierra Nevada, contándose más de 20.000 ejemplares (la mitad de la población total de cabras monteses de España) siendo además la más importante a nivel mundial y la de mayor variabilidad genética.
Estos dos chotillos machos practican con juegos las posiciones y embestidas que usarán en un futuro cuando sus cuernos alcancen casi el metro de longitud. Esta es la escuela de los mamíferos salvajes, lo que les permitirá moldear los comportamientos del día de mañana: en este caso, para luchar por la reproducción. Abajo tenemos el mismo ejemplo pero en humanos.
Una bonita imagen de una madre con su cría en la cima del pico más alto de la Península: el Mulhacén, en Sierra Nevada. Esta cordillera ofrece unos paisajes espectaculares, además de albergar gran cantidad de especies de animales y plantas, muchas de ellas endémicas. Esto se debe a que, tras la última glaciación, quedaron aisladas en su clima de alta montaña especies de origen nórdico. Cualquier excursión por encima de los 3000 te hace embriagarte de la inmensidad de estas montañas, acompañado en todo momento de las simpáticas cabras montesas.