Peces invasores

Por Antonio Martín, 12/02/2020

Pez gato negro (Ameiurus melas)

Alpedrete, Madrid. Marzo 2019.

Este pez no es un animal autóctono: se trata del pez gato negro (Ameiurus melas), presente en el Catálogo Nacional de Especies Invasoras. En este caso es una cría. Proviene de Norteamérica, en España lo podemos encontrar en las cuencas del Tajo y del Ebro, aunque por desgracia cada vez se encuentra en más lugares. Este animal devora huevos y peces autóctonos, alterando el ecosistema y amenazando a numerosas especies. Pero, aunque tiene estas connotaciones tan negativas y al igual que el resto de especies invasoras, no es un animal malo (ninguno lo es): no es su culpa, es la nuestra, pero es un problema que debemos solucionar. El cambio climático es también  un problema causado por nosotros y hacemos por solucionarlo, ¿por qué no existe concienciación sobre los problemas de las especies invasoras, la segunda causa de pérdida de biodiversidad a nivel mundial?¿Por qué adquieres un animal que luego no vas a querer? Pero, sobre todo ¿por qué alguien suelta peces gato en unas canteras aisladas con poblaciones protegidas de anfibios? Esto es un círculo sin fin, pero en algún lado se tiene que cortar y lo que hay que hacer es cortar de raíz a nivel social, uniendo esfuerzos para cambiar la actitud de la población de cara a estas especies. Pero, en lo que eso ocurre y hablando de las especies ya instaladas, hay evitar su propagación para mitigar estos enormes daños, al margen de si es un pez feucho, un mamífero monísimo o una planta. Ningún ser vivo tiene derecho a ser eliminado, pero es que esto también se aplica a especies autóctonas, las cuales son diezmadas por las invasoras (es decir, por nuestra culpa), acabando no solo con miles de individuos autóctonos de muchas especies por muy pocos ejemplares de una única especie invasora, si no con redes tróficas y ecosistemas enteros y repercutiendo en nuestra propia economía. Como curiosidad, decir que presenta espinas dorsales con veneno a modo de protección, para no ser alterado desde arriba mientras permanece enterrado en el fondo, ayudado por una capa de mucosidad que le envuelve. El nombre de pez gato le viene de las protuberancias sensoriales que rodean su boca, como si fueran los bigotes de un gato.

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