Por Antonio Martín, 14/02/2020
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Salamandra salamandra
La salamandra común (Salamandra salamandra) es uno de nuestros anfibios más destacados. Dentro esta especie existen en nuestro territorio 9 subespecies que varían entre ellas en su localización geográfica, ecología, aspecto e incluso en el modo de reproducción. Se piensa que esta variabilidad genética tuvo su origen en el aislamiento geográfico de poblaciones, debido a los ciclos climáticos de la época glacial siguiendo cada subespecie cursos evolutivos distintos (subespeciación alopátrica). En el caso de las subespecies de salamandra esta divergencia se puede apreciar con caracteres morfológicos, pero en otras especies de anfibios permanece oculta y solo es detectable genéticamente, originando especies crípticas (especies escondidas dentro de otras por así decirlo). La de la imagen es una Salamandra salamandra bejarae.
Estos preciosos anfibios protagonizan las noches de lluvia en muchos de nuestros bosques. Pueden permanecer ocultos durante mucho tiempo, pero si las condiciones de temperatura y humedad son propicias, como en las noches lluviosas de otoño y primavera, salen a cientos por carreteras, caminos y se esparcen por el suelo del bosque. La temperatura ideal es entre los 5 y 15ºC. Las de las imágenes son Salamandra salamandra almanzoris.
Es conocida en Europa como fire salamander. Este nombre se basa en la antigua creencia de que las salamandras vivían, o al menos sobrevivían, en el fuego, considerándose incluso un animal mitológico. Por ello ha llamado la atención de filósofos e incluso alquimistas a lo largo de la historia. Otra creencia rodea a este animal acerca de su veneno, al cual se le atribuía la propiedad de matar ejércitos enteros. Este veneno es producido por sus glándulas parótidas, que en estos ejemplares con tonos rojizos recuerdan esa unión con el fuego. ¡Todo lo contrario a la realidad, estos animales tan bonitos adoran la humedad y las noches lluviosas, y son totalmente inofensivos y beneficiosos!
Si paseas por el cauce de un arroyo o un abrevadero en mitad de un bosque, seguramente veas larvas de salamandra dentro. Utilizan zonas de agua limpia con poca corriente para dar a luz a sus crías. Allí, las larvas crecerán durante varios meses mientras realizan la metamorfosis y se convierten en juveniles, aptos para la característica vida terrestre de este urodelo. Las larvas de salamandra suelen ser larvas ivnernantes, es decir que pasan el invierno en el agua, aunque la superficie de esta se pueda congelar.
Las larvas de salamandra son fácilmente reconocibles de las de otros urodelos por la presencia de manchas blancas en la parte superior de las extremidades, lo que sería el fémur o el húmero. En la imagen anterior se aprecian bien.
Estos pequeños individuos presentan branquias externas, cuyo desarrollo es un buen indicador de la calidad del agua. Cuanto más rojas y grandes, más oxigenado estará el entorno. Son muy voraces, por lo que no desaprovechan ninguna oportunidad para zamparse cualquier otra larva, ya sea de invertebrados o de otros anfibios, incluso practicando el canibalismo en casos donde la densidad de individuos es muy elevada.
En esta imagen podemos ver una larva de tricóptero acercándose por la derecha a una larva de salamandra. Mientras estén dentro de su estuche protector (elaborado con materiales variados del entorno y seda) no tienen por qué temerlas, a pesar de que son parte fundamental de su dieta. Esta dieta varía a lo largo de los meses, depredando mayoritariamente según la época sobre un tipo de invertebrado u otro. Por ejemplo, mientras que en febrero se alimentan principalmente de larvas de dípteros (moscas), en diciembre lo hacen de tricópteros como el de la imagen. En este arroyo, había gran cantidad de larvas de ambos tipos.
http://www.vertebradosibericos.org/anfibios/trofico/salsaltr.html
Muchos juveniles recién metamorfoseados poseen manchas naranjas en vez de amarillas.
Subespecies de salamandra
https://www.researchgate.net/publication/258838557_The_evolution_of_viviparity_in_salamanders_Amphibia_Caudata_Organization_variation_and_the_hierarchical_nature_of_the_evolutionary_process
Muchas veces las zonas de contacto entre subespecies no están claras. Por ejemplo, este individuo podría ser un híbrido entre S.s. bejarae y S.s. bernardezi, ya que presenta características intermedias de ambas. Hay muchísima variabilidad.
Salamandra salamandra morenica
Esta es la Salamandra salamandra morenica, que se distribuye por el Norte de Andalucía y Sierra Morena, llegando a Murcia y Valencia. Presenta tonos rojizos muy característicos, un hocico corto y puntiagudo y dedos y patas cortas.
Salamandra salamandra bejarae
Esta es la Salamandra salamandra bejarae, extendida por el Sistema Central, Extremadura y gran parte del centro peninsular y el Este, Norte y Noroeste de Castilla y León, sin llegar a penetrar en la franja cantábrica. Su patrón de coloración es estándar, con motas irregulares amarillas y algunas manchas rojas. Es de gran tamaño y tiene los dedos y la cola corta. Hocico corto y puntiagudo.
Salamandra salamandra almanzoris
Esta es la Salamandra salamandra almanzoris, localizada en áreas muy concretas del Sistema Central. Muy parecida y colindante con S.s. bejarae, pero se diferencia de ella en que no tiene tonalidades rojizas, aunque es muy difícil distinguirlas.
Salamandra salamandra gallaica
Esta es la Salamandra salamandra gallaica, localizada en Portugal y Galicia. Hocico corto y puntiagudo, dedos y patas cortas. Muchísima variedad de patrones y distribución de las manchas amarillas, pero abundan los tonos rojizos como en ninguna otra subespecie, pudiendo haber ejemplares sorprendentemente rojizos. Algunas poblaciones de islas gallegas son vivíparas.