Lagarto ocelado

Por Antonio Martín, 12/02/2020

Timon lepidus

Valsaín, Segovia. Mayo 2018.

El lagarto ocelado (Timon lepidus) es una especie fundamental en la cadena trófica de nuestros ecosistemas, al igual que el conejo, ya que de él se alimentan infinidad de depredadores (rapaces, mamíferos, serpientes…) y el a su vez depreda sobre invertebrados y pequeños vertebrados. A pesar de esto no es una presa nada fácil de capturar debido a su gran velocidad y agilidad. No sólo eso, si es atrapado puede deshacerse de su cola para entretener a su perseguidor y si este persiste y no tiene refugio cerca adoptará una actitud agresiva y le morderá con su potente mandíbula, la cual podemos ver abierta en estas fotos.

León, Abril 2019. Antonio Martín.

No sólo son rápidos, también son hábiles trepadores. Utilizan superficies planas y al descubierto para termorregularse y tomar el sol, pero siempre cerca de su refugio para esconderse en caso de emergencia. Al igual que otros lagartos y lagartijas, si se esconden mientras estaban tomando el sol y no te ha dado tiempo a verlos bien, prueba a esperar 5-10 minutos en el mismo sitio y seguro que vuelve a la misma posición.

Valsaín, Segovia. Mayo 2019.

A lo largo de su crecimiento varía su coloración. Los juveniles ya presentan los característicos ocelos, pero estos son de color blanco. Poco a poco van ganando tonalidades azules, en lo que surgen tonos contrastados de negro y verde brillante en el resto de su lomo. Una vez son adultos, los colores se intensifican más en la época de celo. Su patrón varía dependiendo de la región de la Península donde se encuentra, pudiendo presentar o no los ocelos rodeados de negro, colores más uniformes…

Valsaín, Segovia. Mayo 2019.
Burgos. Mayo 2019.

La fotografía es una de las formas más populares de disfrutar de los animales salvajes. Sin embargo, algo que podría ser positivo para enseñar lo increíble que es nuestra fauna puede convertirse en una tortura para los animales. Por ello es importante que, si sales al campo y pretendes fotografiar animales salvajes, realices unas buenas prácticas. Lo ideal sería no manipular a los animales, pero muchas veces eso es algo imposible si se los quiere documentar de forma correcta o si estás realizando un muestreo. Deberían valorarse más las fotos “in situ”, en las que se hace la instantánea tal y como encontraste al animal, o premiar más las fotos que reflejen comportamientos naturales y no tanto composiciones artificiales. Además, este tipo de imágenes son las que más satisfacción e información científica ofrecen. Esto es lo que ocurre en muchos países europeos, pero en España tendemos a retener a los animales. Nosotros no ocultamos el hecho de que muchas de nuestras imágenes llevan manipulación detrás, al igual que las de muchísimos fotógrafos de naturaleza, y eso no nos hace peores divulgadores o naturalistas, al igual que al resto de la comunidad, porque todos buscamos minimizar el estrés al que se somete al animal y mejorarnos a nosotros mismos antes que a los que nos rodea. Esta manipulación debe respetar siempre la integridad y la biología del animal a fotografiar y para ello lo primero que tienes que hacer es documentarte y aprender sobre su biología y sobre fotografía. Por ello, la manipulación de animales salvajes es algo que sólo deben hacer unos pocos, los que demuestren esta actitud. Si eres eficiente con tu cámara y minimizas la manipulación del animal en base a sus características, al entorno y al momento del día, podrás obtener buenas tomas en muy poco tiempo, permitiendo que el animal pueda seguir con su vida tranquilamente. Nuestras fotografías tienen un fin beneficioso detrás: la divulgación. Pero ese fin, al igual que cualquiera que persiga un fotógrafo, es ético hasta cierto punto, el cual debe ser valorado cada vez que interactúas con animales salvajes. Hay que coger la frase “el fin justifica los medios” con pinzas. Así que, si vas a realizar fotografía de naturaleza, párate a pensar hasta qué punto es ético lo que estás haciendo (al margen de la ilegalidad). Las interacciones con la fauna salvaje no son algo a evitar, son la mejor forma de aprender y respetar la naturaleza, pero si no se realizan con cautela pueden ser lo que la acabe destruyendo.

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